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La educación es esencial para que Puerto Rico se levante

Por: Carlos Rodríguez Silvestre
Director ejecutivo de la Fundación Flamboyán


(Columna publicada en El Nuevo Día el 18 de julio de 2020)

Tras la devastación ocasionada por el huracán María, la frase «Puerto Rico Se Levanta» se convirtió en un llamado a la resiliencia y a la acción. Fueron tiempos difíciles durante los cuales encontramos fortalezas que no sabíamos que teníamos. De crisis en crisis, se nos puede hacer difícil ver claramente el futuro y el impacto que todo esto está teniendo en nuestra niñez. Lamentablemente, la educación de nuestros niños requiere atención urgente. No podemos ignorar que 1 de cada 4 estudiantes de escuela pública no se gradúa de escuela superior a tiempo y que más de la mitad no llegan al nivel de proficiencia en español de acuerdo con las pruebas estandarizadas META-PR que administra el Departamento de Educación.

Aproximadamente, un 70% de nuestros estudiantes en Puerto Rico va a escuelas públicas. Si estos estudiantes no están recibiendo una educación de excelencia, que los prepare para ser exitosos en la vida y en el trabajo, ¿de dónde saldrán las personas y los recursos necesarios para levantar a Puerto Rico?

Permítanme pintarles el cuadro actual. Imagínense a una estudiante de tercer grado que asiste a una escuela pública en Puerto Rico y que viene de una familia de bajos ingresos, al igual que el 78% de los estudiantes en el sistema de instrucción pública. Esta niña ha perdido casi un año de días lectivos durante los últimos 3 años como consecuencia de huracanes, terremotos y la pandemia del COVID-19. Ella se encuentra entre el 40% de los estudiantes que no llega al nivel de proficiencia en español en el tercer grado. Ese rezago académico en el tercer grado, además del hecho de que vive  en la pobreza, hacen que sea 13 veces más probable que no se gradúe de escuela superior. A pesar de que esta niña tiene todo el potencial y el deseo de aprender, crece con la amenaza de una sentencia al desempleo, pues menos del 10% de los adultos empleados en Puerto Rico son personas que no han completado la escuela superior.

El impacto económico a largo plazo del rezago académico es devastador. En los Estados Unidos se estima que, si se cerrara la brecha académica entre los estudiantes negros e hispanos y los blancos, el impacto económico equivaldría a un aumento de entre $426 y $705 mil millones en la economía.

El cuadro es difícil, sin lugar a dudas, pero no es mi intención promover la derrota. Al contrario, lo que nos motiva a analizar los datos actuales es la certeza de que todos nuestros estudiantes tienen el potencial y el deseo de aprender y que nuestro sistema de educación pública puede apoyarlos y asegurarse de que cumplan con sus metas académicas. Es enfrentando la situación de los rezagos académicos con honestidad como mejor podemos innovar, colaborar y movilizarnos para el bienestar de nuestros estudiantes.

La Fundación Flamboyán lleva más de 10 años laborando en Puerto Rico. Durante este tiempo hemos colaborado con todos los secretarios de Educación y sus equipos, enfocándonos en promover la lectura en español en los grados de Kindergarten a tercero. Hemos ofrecido programas de desarrollo profesional para maestros para fortalecer las destrezas de instrucción de la lectura en las edades más tempranas y, el semestre pasado, entregamos 10,000 libros a 2,000 estudiantes de escuelas públicas en 6 municipios de la isla. Sabemos que, si los estudiantes empiezan su educación con una buena base, tendrán una mejor oportunidad de aprovechar el resto de su educación.

Nuestros estudiantes merecen una educación de excelencia y para lograrlo necesitamos despojarnos del conformismo y de la distribución de culpas. Los huracanes, los terremotos y las pandemias de seguro hacen que la situación sea más difícil, pero no podemos rendirnos. Todos tenemos un rol importante en la construcción del futuro de Puerto Rico. Continuaremos apoyando y también retando al Departamento de Educación de Puerto Rico para que utilice sus recursos con urgencia y de manera innovadora, efectiva y auténtica tomando en cuenta el contexto de la isla.

La fortaleza de la educación pública en Puerto Rico nos concierne a todos. Solo con una educación excelente es que Puerto Rico se levanta.